¡La estimulación en los primeros años de vida es fundamental!

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Mientras juegan y se divierten, fortalecen un montón de aspectos de su desarrollo: 

la motricidad fina, el pensamiento lógico, la autonomía, la capacidad de concentración, la percepción del color, la tolerancia a la frustración, la confianza en sí mismos, la paciencia, la lateralidad, la creatividad, la coordinación óculo-manual y la discriminación táctil.